Al toque nomás pensé que estudiar desde casa iba a ser la excusa perfecta pa’ distraerme viendo memes o durmiendo a cada rato. Pero, qué va, resulta que me enganché más de lo que pensaba. Entre clases bien explicadas y retos que te hacían cranear de verdad, terminé metiéndole más punche que nunca. Ahora ni mi vieja se cree que soy tan aplicado. ¡Quién diría!